FINALIDAD DEL ARTE
EGIPCIO.
El propósito de una estatua era
asegurar la supervivencia de la persona
representada durante el resto de la
eternidad. El recibir una inscripción
con su nombre y sus títulos la estatua
quedaba dotada mágicamente de
aquella...
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FINALIDAD DEL ARTE
EGIPCIO.
El propósito de una estatua era
asegurar la supervivencia de la persona
representada durante el resto de la
eternidad. El recibir una inscripción
con su nombre y sus títulos la estatua
quedaba dotada mágicamente de
aquella personalidad a la que
proporcionaría un eterno lugar de
residencia para su espíritu después de
la muerte.
De modo semejante unas formulas
religiosas adecuadas hacían que una
estatua sirviera para albergar la
presencia de un dios. Tales estatuas
podían tener gran belleza pero incluso
las más toscas cumplían con su
propósito siempre y cuando presentara
la inscripción correcta, y a la verdad
no se hicieron para que fueran
admiradas por los vivos, una vez
enterradas pertenecían al mundo
espiritual de la eternidad, por lo tanto
cualquier representación ya fuera
escultura, relieve o pintura estaba
proyectada para la eternidad.
El propósito no era producir el retrato
de la persona, por el contrario la forma
humana se idealizaba de manera que a
lo
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