Octavio Paz
"El ritmo"
Las palabras se conducen como seres caprichosos y autónomos.
Siempre dicen "esto y lo otro" y, al mismo tiempo, "aquello y lo
de más allá".
El pensamiento no se resigna; forzado a usarlas, una
y otra vez pretende reducirlas a...
More
Octavio Paz
"El ritmo"
Las palabras se conducen como seres caprichosos y autónomos.
Siempre dicen "esto y lo otro" y, al mismo tiempo, "aquello y lo
de más allá".
El pensamiento no se resigna; forzado a usarlas, una
y otra vez pretende reducirlas a sus propias leyes; y una y otra vez
el lenguaje se rebela y rompe los diques de la sintaxis y del
diccionario.
Léxicos y gramáticas son obras condenadas a no
terminarse nunca.
El idioma está siempre en movimiento, aunque
el hombre, por ocupar el centro del remolino, pocas veces se da
cuenta de este incesante cambiar.
De ahí que, como si fuera algo
estático, la gramática afirme que la lengua es un conjunto de
voces y que éstas constituyen la unidad más simple, la célula
lingüística.
En realidad, el vocablo nunca se da aislado; nadie
habla en palabras sueltas.
El idioma es una totalidad indivisible;
no lo forman la suma de sus voces, del mismo modo que la
sociedad no es el conjunto de los individuos que la compone
Less