Émilie du Châtelet
Cuando algo se quiebra tu vida ya nada vuelve ha ser lo mismo por
que cada pedazo se cae lentamente al suelo quebrándose en millones de
pedazos más al tocar el suelo.
Se que debo seguir pero nunca será lo
mismo, nadie puede entender el...
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Émilie du Châtelet
Cuando algo se quiebra tu vida ya nada vuelve ha ser lo mismo por
que cada pedazo se cae lentamente al suelo quebrándose en millones de
pedazos más al tocar el suelo.
Se que debo seguir pero nunca será lo
mismo, nadie puede entender el dolor de la perdida de una madre, creó que
eso rompió mi matrimonio y me llevo a los brazos de esos hombres, los
únicos que me hicieron olvidar, por eso siempre sentí que los utilizaba, por
eso Voltaire era importante, al menos lo podía ayudar de vuelta con su
trabajo.
Recuerdo el castillo de Cirey donde pasamos años, en el día un
enorme lugar donde solo éramos los dos y por las noches reuniones
interminables con los más asombrosos matemáticos y físicos, unas de las
cosas que siempre ame desde el tiempo en que padre nos enseñaba en casa.
Era 1745 cuando Voltaire comenzó un romance con Mme Denis, me sentí
herida pero no traicionada, nos usábamos mutuamente y eso había llegado
a su fin.
Llego en 1748, Jean François de Saint-Lambert,
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