Cambio de modelo. El sector de la construcción sabe que los tiempos dorados ya
no volverán. No sólo eso. Incluso entona
el mea culpa, consciente de que el modelo de crecimiento urbanístico exponencial
de la burbuja era insostenible. Lo que no
es obstáculo...
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Cambio de modelo. El sector de la construcción sabe que los tiempos dorados ya
no volverán. No sólo eso. Incluso entona
el mea culpa, consciente de que el modelo de crecimiento urbanístico exponencial
de la burbuja era insostenible. Lo que no
es obstáculo para que la construcción
exija su puesto en una economía que
empieza a atisbar síntomas de recuperación. Patronal y sindicatos se han unido
para divisar juntos cuales son los mejores
caminos para volver a levantar cabeza. No
será fácil, pero un sector de la construcción convenientemente dimensionado,
pero activo, es básico para la buena salud
del sistema económico. Porque es intensivo en mano de obra y puede hacer grandes apotaciones en la lucha contra la
principal lacra de la crisis: el paro. Y por el
dinamismo que inyecta en una gran cantidad de sectores satélite. Las primeras líneas estratégicas ya han sido trazadas: el
mantenimiento, las reformas y la rehabilitación. Y también la obra pública, la que
tiene retorno social porque es
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