Cántalo, dilo,
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LECCIÓN
Sábado
Haz la
actividad de la
página 81.
82
Algún día escucharás a un predicador en tu iglesia o escuela que cuente la
historia de cuán malo fue en algún tiempo de su vida.
Tal vez usó drogas, o fue
un ladrón.
Pero...
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Cántalo, dilo,
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LECCIÓN
Sábado
Haz la
actividad de la
página 81.
82
Algún día escucharás a un predicador en tu iglesia o escuela que cuente la
historia de cuán malo fue en algún tiempo de su vida.
Tal vez usó drogas, o fue
un ladrón.
Pero entonces alguien le habló acerca de Jesús, llegó a ser cristiano
y cambió sus caminos
equivocados.
Aunque esta
persona tiene las mejores
intenciones y su mensaje
es verdadero —el amor
de Dios es enorme—
no significa que tienes
que usar drogas o
robar para poder
experimentar cuán
grande es el amor
de Dios.
(Textos
clave y referencias: Salmo 103; 107).
El rey David fue una de esas personas
que conocían la importancia de elegir
adorar a Dios con todo su corazón.
El había
experimentado la oscuridad que se obtiene al tratar
de vivir sin Dios “quien perdona todas tus iniquidades y [.
.
.
] rescata tu vida
del sepulcro” (Salmo 103:3, 4).
David apreciaba la gracia de Dios; lo
conocía como misericordioso, clemente y lento para la ira (versíc
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