1 | P á g i n a
Por: Iván P.
Yáñez Fica www.
mirad.
cl contacto@mirad.
cl
Lucas 8 16‐18 Nada oculto que no haya de ser manifestado
(Mr.
4.
21‐25)
Luc 8:16 Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que...
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1 | P á g i n a
Por: Iván P.
Yáñez Fica www.
mirad.
cl contacto@mirad.
cl
Lucas 8 16‐18 Nada oculto que no haya de ser manifestado
(Mr.
4.
21‐25)
Luc 8:16 Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en
un candelero para que los que entran vean la luz.
El candelero era una especie de taza de barro, en la que se ponía aceite con una mecha.
Mat 5:15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los
que están en casa.
Luc 11:33 Nadie pone en oculto la luz encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que
entran vean la luz.
La luz en este caso la vemos ilustrada con el fuego de una lámpara, de un candelero.
Cuando se pone una vasija
sobre un candelero suceden dos cosas: primero se hace consumir el oxigeno alrededor de la luz y esto hace de
que se extinga y esta es la respuesta a largo plazo, pero también como segundo efecto la vasija
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